El diario de Papi

Es otra fiesta mas, una más sin culpa ni invitación
Bien parados estamos entre antropófagos y facinerosos.
Vamos a reintegrarnos hoy, toda nuestra deuda,
y en la mesa, bien dispuesta, todas la especies
y son buenos los días hoy, principiantes o no,

Darse el piro es lo mas importante, lo es,
Sin alas, incluso, espero podamos volar más allá,
Llevo dentro de mi, cosas incalculables,
Escondidas esperan cualquier oportunidad
No dejare que ninguna partida nos las arrebate,

Encerrado aquí, se hace a veces más fácil confiar,
Del 1 al 5, vuelta atrás, el tiempo parece pasar
ocupados, soñando con la carnada retorcida en mi,
te concedo planear la matanza atroz cuando no estoy,
y este silencio frió es mas enloquecedor que vos.

Hundo mi nariz en el jergón, despierto agazapado
Los caza-hombres nos andan buscando,
Nadie aquí es normal, y examinados por la guardia
los leprosos, y muertos vivos son más humanos,
arrepentidos al nuevo cielo abierto, nos vamos

Buena suerte, entre salvajes vinimos a terminar,
Vimos el honor y apagaste las hemorragias del amor,
El paraíso pareció poco, Como un manojo de perlas
Volviste, con el difícil y desconocido pero calido repaso
de que falsa y no nuestra, si existe al fin, la felicidad.

Otra vez dentro, ahora para mal, sin nada y
Conocidos como somos, costará más de lo debido,
Nos volveremos locos, nos abandonaremos al olvido,
y lo creerán, Mejor así, nos arrojaremos a la ola,
Que de tres en tres, nos llevará a la salvación,

Huele a tormenta, endulzada a veces por el sol,
Parece ser que la paciencia te abandono, desencajada,
Y por no saber esperar, te atraganto la arena,
Un rezo por vos y a la selva, mejor uno que dos,
Por que ya abandone toda intención de vengarnos,

De ahora en más, esto queda en mis manos,
Hindúes finas y fatales, me ataran nuevamente,
Se espera que los años perdidos, No sean en vano,
Pero la libertad consiste en no estar atado a nada,
Y en un atentado sabotearé nuevamente mi paz.


Trabajo forzado, -Mi Dios: ¿Cuando aprenderé?
No le tocaran un pelo, y al que si, que se de por muerto
A golpes muestran vuestra crueldad, quieren pagar.
no me amedrentan, pues yo, solo, llegue hasta acá,
y así me iré, que seria de mí si no hubieses quedado atrás.

Bendita sea, me salivaron buena suerte del cielo,
Y me dejaron, mejor parado que en otros cuentos,
Pues no perdí más que una veintena de años,
Y todavía en mi, llevo el mejor tesoro, que ha crecido,
Acompañado del trago amargo de la vida, y tus recuerdos.

Mariposa, soy pues, victima de los moscones,
Y de su lengua embustera, que me quitan la tranquilidad,
Mas ya no importa, de todo esto aprendí a perdonar,
Gracias al mar, al sol, y a la sangre, por esta oportunidad,
Cuando uno nace hombre, nada ni nadie lo puede de cambiar.