Todavia, te cambio el lugar...

Era un día hermoso,
hacia calor, habia sol.
Todos brillaban de contentos.
Risas, besos, abrazos, alegria.
Era un día hermoso,
no habia nubes, todo era paz,
todo era luz, todo era color,
las mesas listas, las sillas tambien
Era un día hermoso.

Y en una terraza, solitaria y oscura,
en donde no alumbraba el sol,
estaba Dios, sentado, tranquilo
por segunda vez, en esa misma vez,
por que era un día hermoso.
Y a su lado tambien, estaba El,
no estaba contento, ni alegre
como el resto, tampoco triste,
El simplemente no estaba,
Y habia sido un día hermoso.

Entonces Dios, se incorporó,
como hizo antes, por segunda vez,
y le dijo, tomando su brazo.
-...Nos vamos...

Y El se paró, y trato de reclamar:
-...pero... ¿No es un día hermoso?...

Y Dios, alzándolo de aquella terraza,
le dijo:
-...Precisamente, hoy es un día hermoso...

...

Y esos días, se siguen y seguiran repitiendo.
Pero ya no son como antes,
ya no son alegres, ni felices...
No hay tanta luz, ni tanta paz
salvo, en aquella terraza,
en donde, a pesar de todo...
todos los días, seran hermosos.

Para los veinticuatros...