Mas que suerte...

(El momento de pensar...)
No sabemos si todos saben lo que es tener la cabeza a millones de años luz...
(El salto antes de caer...)
Y sentir que el viento acaricia cada una de tus células mientras te suspendes en el aire...
(El intervalo para soñar...)
buscando llegar hasta la nebulosa mas distante para poder contemplarla...
(El instante para ser...)
y ser de alguna extraña e inexplicable manera, un poco mas feliz que de costumbre...
(El suspenso de la vida...)
por que la felicidad como todas las cosas que uno suspende en el aire, puede ascender ...
(El dolor más cruel...)
vaciandonos, mientras revivimos inevitablemente entre las esquelas de nuestros sueños...
(El valor de la mentira...)
aferrandonos a esos retazos para inventarnos un mundo que amortigue el dolor...
(El segundo para enloquecer...)
a medida que perdemos la cordura en el vacio de extrañas caricias...
(El tiempo justo de girar...)
para observar el cielo en la caida y olvidarnos del suelo que nos busca con prisa...
(El suspiro más fiel...)
mientras nos aferramos a esas otras manos para no sentirnos tan solos...
(El roce de nuestra piel...)
y nos fundimos en un irreconocible mosaico de cosas que deseamos con la fuerza misma de la vida...
(El intento de alcanzar...)
ya sea inclinados por el peso de nuestra propia miseria, sorteando los escalones faltantes de nuestros precarios puentes...
(El gusto de perder...)
mientras nos desangramos por conservar un poco de orgullo, cuando nuestras ropas se elevan...
(El afán por ganar...)
y nos vitorean desde el cielo, mientras regresan para convertirse en merecidos trofeos...
(El interés por aprender...)
que serviran de lección, cada noche que miremos hacia nuestro costado, y encontremos alli una llaga,
(El sacrificio de amar...)
una llaga de esas que nos ayudan a mantenernos vivos, prueba feaciente de que si existe el amor...
(El desenfreno del placer...)
y de que no solo se trata de la carne que nos llama constantemente a ataviarnos en los disfraces de la locura...
(El sentido que no existe...)
para entender que en cada paso, no hay mayor lógica de la que nosotros deseamos...
(El todo que te cuesta ver...)
por que no deseamos mas lógica que la que nos impida estar separados de esa otra parte que se transformó en nosotros...
(El minuto en que te fuiste...)
y es sensato, a partir del miedo que nos causa la propia ausencia, del dolor que nos causa el auto-olvido...
(El Dios que me diste...)
otorgarle la posibilidad, a esa otra parte, de que sea la parte mas gloriosa de nuestras vidas,
(El miedo a desaparecer...)
aun sin tener la certeza de si estaremos siempre bajo la luz de su custodia...
(El sustento de mi fe...)
por que en eso se basa nuestra vida, cada respiro, cada espacio, cada reaccion, cada caida...
(El vacío del ayer...)
sera entregada sin excusas, para no dejar que nada nos descuartice
(El capricho del destino...)
por que esa otra parte nos pertenecerá por Derecho Divino...
(El asombro del “contigo”)
siempre que le pertenezcamos con la elegancia de la libertad...
(El extasis de creer)
En una ecuacion simple, equilibrada y proporcional.
(El anhelo del "conmigo")
No sabemos si todos saben lo que se siente al encontrar...


La suerte del querer...